Vivir en el sur de Tenerife

Atardecer en Arona, Tenerife

Arona y el sur de Tenerife en 2025: vivir donde otros sueñan con vacacionar

Si te gusta el calor, Arona sigue siendo tu sitio. Y si no soportas el frío, más aún. En 2025, el sur de Tenerife se consolida como uno de los lugares con mejor clima de Europa durante todo el año, y esto ya no solo es una anécdota turística, sino un valor estratégico en un mundo afectado por fenómenos climáticos extremos.

La recuperación económica tras los años difíciles del COVID-19 y la posterior inflación europea ha sido especialmente vigorosa en el sur de la isla. Municipios como Arona y Adeje no solo han consolidado su posición como centros turísticos de primer orden, sino que también se están transformando en zonas de residencia permanente para profesionales europeos, nómadas digitales, jubilados y nuevos emprendedores que eligen calidad de vida por encima de todo.

Comprar vivienda en el sur: ¿lujo o inversión inteligente?

En 2017 se hablaba de comprar un apartamento como una posibilidad. En 2025, esa posibilidad es más urgente que nunca. El mercado inmobiliario en zonas como Costa Adeje, Palm-Mar o Playa de las Américas ha visto un aumento sostenido de precios, impulsado tanto por la demanda turística como por el auge del teletrabajo. Comprar una vivienda hoy, aunque suponga un esfuerzo, es una inversión que puede rendir tanto a nivel financiero como personal.

Además, hay una tendencia creciente hacia complejos residenciales de alta calidad que combinan servicios comunitarios, seguridad y espacios verdes, lo que aumenta su atractivo tanto para residentes permanentes como para quienes buscan una segunda residencia.

Más allá del turismo: un ecosistema laboral en expansión

Aunque el turismo sigue siendo el motor económico, en 2025 el sur de Tenerife ya no depende exclusivamente del visitante de sol y playa. La economía local se diversifica lentamente: la digitalización de servicios, el desarrollo de hubs tecnológicos, la presencia de clínicas internacionales y el fortalecimiento del sector inmobiliario han abierto la puerta a nuevos perfiles profesionales.

La demanda de talento en áreas como administración, atención al cliente en varios idiomas, tecnología, salud y logística es creciente. Y con ella, la necesidad de profesionales cualificados, muchos de ellos procedentes de otras regiones de España o del resto de Europa.

¿Vivir en el sur o desplazarse?

Para quienes viven en Santa Cruz, La Laguna o el norte de la isla, trabajar en el sur puede seguir siendo un reto logístico. El trayecto diario de ida y vuelta a Los Cristianos o Las Américas, aunque se ha visto aliviado por mejoras parciales en las infraestructuras viarias, sigue consumiendo tiempo y energía.

Una alternativa realista para muchos ha sido el alquiler compartido de apartamentos entre semana o, si la economía lo permite, la compra de una segunda residencia en el sur. No solo como solución práctica al desplazamiento, sino también como inversión rentable y espacio de ocio.

Sostenibilidad y territorio: un equilibrio delicado

El crecimiento urbano y turístico sigue generando debate. El impacto visual y ecológico de nuevas construcciones es innegable, pero también lo es la capacidad del sector turístico para sostener la economía de la isla. La buena noticia es que más del 50% del territorio de Tenerife continúa protegido bajo figuras legales de conservación.

Este equilibrio —frágil, pero funcional— entre desarrollo y sostenibilidad, entre economía y medio ambiente, es una de las claves del modelo insular. Mientras se mantenga, Tenerife podrá seguir ofreciendo lo mejor de ambos mundos: naturaleza intacta y oportunidades reales para prosperar.


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