El apagón en España y Portugal: cuando la red eléctrica española falla y tu vida depende de terceros
Hoy, 28 de abril de 2025, España y Portugal han sufrido un apagón masivo que ha colapsado buena parte de la red eléctrica española. Un fallo que inicialmente se presentaba como un problema "temporal", de "unas pocas horas", ya ha derivado en estimaciones que hablan de 8 a 10 horas de corte. Mientras tanto, millones de personas están a oscuras, sin calefacción, sin agua caliente, sin conexión a internet, sin forma de pagar con tarjeta, sin acceso a un simple café.
¿La causa?
De momento no está clara: ¿ciberataque? ¿fallo humano? ¿error técnico? ¿problema en alguna infraestructura crítica? Todo son especulaciones. Pero la causa concreta, hoy, casi da igual. El verdadero problema es más profundo: la extrema centralización de nuestras vidas.
Dependemos de la red eléctrica, de los sistemas bancarios online, de las comunicaciones digitales, de los grandes supermercados, del transporte centralizado, de apps, de servicios en la nube. Todo pasa por intermediarios, por estructuras gigantescas que, cuando fallan, nos dejan totalmente vulnerables. Como ahora.
Hoy no deberíamos estar preguntándonos solo qué ha pasado. Deberíamos preguntarnos:
¿Qué estoy haciendo para que mi vida no dependa al 100% de sistemas que no controlo?

El peligro real de la dependencia absoluta
Cuando todo está centralizado, un fallo puntual se convierte en una catástrofe personal. No es una hipótesis. Lo estamos viviendo.
Este apagón en España y Portugal ha sido el último aviso. Antes hubo otros:
-
La guerra de los Balcanes, donde familias enteras quedaron aisladas durante meses.
-
Tormentas que dejaron zonas de Canadá y EE.UU. sin electricidad durante semanas.
-
Inundaciones y temporales que cortaron suministros básicos en ciudades europeas.
Cuando todo va bien, dependemos felices de la comodidad. Cuando algo falla... dependemos igual, pero en situación de emergencia.
La única solución real: descentralizar tu vida.
No se trata de volverte un ermitaño. Se trata de construir una vida más resiliente, más autónoma, más capaz de resistir golpes sin que todo se venga abajo.
---
¿Cómo empezar a descentralizar tu vida personal?
Aquí van algunas ideas prácticas que puedes aplicar desde hoy mismo:
1. Dispón de efectivo suficiente para una semana
Cuando la red eléctrica falla, los datáfonos no funcionan. Ni las apps de pago. Ni los cajeros automáticos. Tener unos cientos de euros en casa puede ser la diferencia entre comer y no comer.
De hecho, es un buen hábito acostumbrarte a sacar dinero y a usarlo en efectivo, en vez de depender constantemente hasta para pagar un café de tu móvil o tu tarjeta de débito.
2. Aprende una profesión tradicional
Saber reparar, cocinar, cultivar, construir, curar… Son habilidades que no dependen de internet ni de servidores en la nube. En un cambio de paradigma (si eres una persona conspiranoica) o en una simple situación de emergencia, estas habilidades van a ser esenciales para sobrevivir en un entorno comunitario aportando tu esfuerzo, por lo que otras personas también dependerán de ti y estarán en deuda (tú les aporta, esas personas te aportan a ti).
Aprender carpintería básica, fontanería, electricidad doméstica, costura, primeros auxilios, puede, literalmente, salvarte y evitar que acabes siendo una persona parásita en tu comunidad (en el sentido de que depende de los demás para -casi- todo).
3. Ten libros físicos en casa
No ebooks. No PDFs. Libros reales que enseñen técnicas prácticas: manuales de supervivencia, cocina tradicional, reparación de bicicletas, agricultura básica, salud sin tecnología.
Cuando no hay electricidad, un libro de papel es oro. Pero es que el simple acto de leer te permitirá consumir las horas muertas en las que no tengas nada que hacer. Tenemos el hábito del consumo masivo de entretenimiento. Eso va a desaparecer. Y tu cerebro necesita dopamina.
¡Apórtala con un buen libro!
4. Recursos básicos en casa
-
Una cocinilla de gas con bidones de repuesto.
-
Conservas, agua potable embotellada y alimentos de larga duración.
-
Cerillas, velas, linternas.
-
Una radio analógica (que sintonice AM y FM) para recibir información real sin depender de internet. Los móviles que aún usan jack como conector de auriculares tienen una aplicación para escuchar la radio, ya que el jack hace de antena. Los más actuales que solo usan un conector USB-C no tienen esta posibilidad.
-
Pilas recargables y cargadores solares básicos.
Con eso puedes mantener una vida mínima operativa durante cortes de varios días.
---
¿Y si queremos ir más allá? Apostemos por la verdadera autonomía energética
Descentralizar de verdad pasa por generar tú mismo parte de la energía que consumes.
5. Paneles solares domésticos
Una instalación razonable de paneles solares en casa puede cubrir entre el 70% y el 100% de tu consumo eléctrico habitual, especialmente si eres racional en el uso de grandes electrodomésticos.
Sí, la inversión inicial no es barata. Pero la libertad energética no tiene precio.
6. Vehículos resilientes
El coche eléctrico puro tiene un talón de Aquiles: depende de cargadores eléctricos externos. Si vas a apostar por esta vía, asegúrate de:
-
Tener paneles solares en casa para recargarlo.
-
O mejor aún, un coche híbrido que pueda funcionar con gasolina o electricidad según la situación.
¿Y los coches solares?
Aún son prototipos. El Lightyear 0 y otros proyectos similares están en el mercado, pero de forma muy limitada y a precios prohibitivos.
Aún no hay coches solares de uso masivo que se recarguen mientras circulan. La tecnología existe, pero la industria automovilística no ha apostado de verdad por ella... todavía.
7. Bicicletas musculares y eléctricas
Una bicicleta de toda la vida y una eléctrica recargable en casa son recursos estratégicos. En caso de apagón largo o de problemas de combustible, te permiten desplazarte sin depender de nada más que tus piernas o tu instalación solar doméstica.
8. Uso de recursos cercanos: agua, leña, animales domésticos
Si vives cerca de una fuente de agua y el abastecimiento general se interrumpe por falta de electricidad, así como la disponibilidad en puntos de compra como supermercados, saber usar el agua de un río, riachuelo o cualquier otra fuente que disponga de agua que se pueda potabilizar y consumir va a ser esencial.
Disponer de algunos kits de potabilización, sean mediante filtros o mediante pastillas, pueden suponer la diferencia entre superar la situación o mal sobrevivir a duras penas.
Avanzando aún más lejos, saber dónde recopilar leña, tener un fogón portátil como el que llevas al monte a tus chuletadas, donde usar esa leña, podría servir no solo para preparar alimentos sino para hervir el agua.
Si te lo puedes permitir, saber dónde hay animales domésticos útiles, como gallinas, o personas que las tengan y con las que poder intercambiar huevos. O saber cómo se crían y se cuidan (necesitan poco espacio).
Lo mismo pasa con los perros, no como animal sustituto de tus carencias emocionales -no es el hijo o hija que no tienes- sino como un animal de guarda y custodia, que te protege y te hace sentir con un mayor grado de seguridad.
---
No se trata de vivir con miedo: se trata de vivir preparados
La idea no es volverse paranoico. No se trata de pensar que todo va a colapsar mañana. Se trata de tener herramientas. De ser como un montañero que lleva brújula, linterna y botiquín: probablemente no lo usará... pero si lo necesita, se salva.
Buscar la autonomía personal no es un capricho de conspiranoicos: es sentido común.
Hoy ha sido el apagón en España y Portugal.
Mañana puede ser una crisis energética, una caída de internet, un colapso bancario o cualquier otra sorpresa.
La verdadera independencia no es gritar libertad en Twitter.
La verdadera independencia empieza en tu casa.
Empieza en tener un plan. En no ser vulnerable a cada fallo de los sistemas que te rodean.
¿Qué vas a hacer tú para empezar a descentralizar tu vida?
Comentarios
Publicar un comentario