Volviendo al ciclismo de montaña en Tenerife

Yo creo que hacía por lo menos cuatro años o tal vez cinco que no disfrutaba de mis montes, si usted lector me permite la licencia del posesivo, y mi bicicleta. Con toda seguridad, de todas mis pasiones, gustos, hobbies y lo que sea, el más constante durante años pero, como siempre parece ser norma en mí, sin destacar ni llamar la atención. Sólo como aprendiz de mucho y maestro de nada.

En azul nuestra primera ruta (22kms., 993 desnivel acumulado, 2:05 de pedaleo).
En amarillo próxima ruta programada.

Se supone que te voy a contar las virtudes de nuestros montes, especialmente en la ladera norte de la isla, de este (El Rosario) a oeste (Santiago del Teide), que las hay porque son muchísimas y se resumen en “montaña rusa divertida, estimulante, agotadora e inacabable para la práctica del deporte de montaña en cualquiera de sus variantes”. Punto. Pero antes de profundizar -que lo haré otro día-, por vanidad, quiero ponerte en antecedentes.

Tengo bicicleta, como cualquiera de la generación X, desde que era niño, pero a diferencia de la mayoría, cuando llegué a la adolescencia y luego a la adultez jovencita, no la abandoné, sino que creció conmigo. En los primeros años de la década de los noventa tuve mi primera bicicleta de montaña, una Peugeot creo recordar, que pesaba un quintal y medio. Con ella empecé a recorrer las pistas que se arracimaban desde El Acebiñal (en Las Raíces, La Esperanza -municipio de El Rosario-). En aquellos años era extremadamente raro encontrar corredores (perdón, no se me ofendan, runners quería decir), ciclistas, senderistas y otro tipo de aficionados. No es que no hubiera, quiero decir que era mucho más raro, extremadamente raro. Te tropezabas más ganaderos recogiendo pinocha (leer su primera acepción del diccionario) o cazadores en su temporada que otra cosa. Luego de un par de años dando tumbos por esas cumbres abandoné las dos ruedas por otro tipo de aficiones que no vienen al caso recordar ahora, hasta que en 2005, anualidad arriba o anualidad abajo, retomé la afición.

Segunda parte del cuento. En ese momento no lo sabía, pero iba a retomar el monte a través de las dos ruedas en otra dimensión gracias a FotoMTB y su subforo Zona Sur. Se había acabado (por el momento) las rutas en solitario. Ahí conocí a grandes ciclistas de montaña y mejores personas con las que empecé a pedalear rutas en grupo (grandes recuerdos para Strike, Tabai, Miguel y tantos otros). De esa época son mis primeros planes aún no realizados de rodar en Península. Los siguientes dos años fueron insaciables, tragando kilómetros en la isla por pistas, senderos, en monte, en medianías, en costa. Pero había algo que fallaba, siempre iba a rebufo, no dando pedales -que también- sino que guiado. Eran otros los que determinaban las rutas y yo iba detrás.

En 2008, cansado de no tener ni idea de donde estaba y dada la falta de información en la red, decidí abrir el blog PistaDelRayo.es, publicando en 3 años 228 artículos que censaban prácticamente la totalidad de pistas y senderos de toda la zona norte de Tenerife, desde Las Raíces hasta el Chinyero. No lo escribí como una guía de rutas porque la telaraña de alternativas que hay entre esos pinos hace que las posibilidades sean innumerables. De cada pista describí su recorrido, tipología y alternativas de enlaces para dibujar rutas al gusto. A partir de 2011 dejé de escribir y también de rutear. Coincidió con mi nueva época de emprendedor (¡por qué me metí en este berenjenal, lo bien que vivía yo de empleado!).

Y llegamos a la tercera parte de mi cuento personal, 2015, 44 años cumpliditos, algo de sobrepeso... y retomando la bicicleta y la montaña de nuevo, con las mismas ganas e ilusión que cuando tenía 25 o cuando tenía 35. Lo que encuentro es lo de siempre, mucho buen rollo en el monte entre sus usuarios, algunos idiotas -como siempre- que provocan el malestar de otros que causan un exceso de normativa y reglamentación por parte del Cabildo de Tenerife escrita desde las mesas de los técnicos -con mucha ignorancia por cierto, eso sigue igual-.

En parte el culpable es Jaime González, de Bike4Walk, una muy joven empresa de La Laguna dedicada al alquiler de bicicletas, que me puso a punto la vieja RockRider 9.1 de 2008, un tanque de batalla fabricado por Decathlon, en su taller de reparación de bicis. Con él, algunos amigos suyos, unos compañeros de la empresa y este humilde biker empezamos un nuevo camino que me entusiasma. La ilusión es que el grupo se consolide y crezca. La filosofía, disfrutar del monte, le pese al técnico de la Consejería que le pese. Despacito y con buena letra. Volviendo a trazar cada pista y cada camino y reflejando esas rutas aquí y allá para que otros se entusiasmen igualmente. Así que, allá vamos. Los domingos, a las 9:00 horas, en el Bar Las Raíces, ahora Tasca de Betty.

Nota: Espero que algún día, la empresa contratada por el Cabildo para mapear las pistas y senderos, así como para la señalética y el marcado de rutas en nuestros montes tenga la decencia de agradecer y reconocer lo que supuso la aportación de mis KML a ese proyecto, dado que en su tiempo no quisieron pagar por ese conocimiento ni por el servicio de asesoramiento. Lo querían gratis, por el bien común. Y ahí estaban los KML, a disposición de quien quisiera. Ya está, ya me desahogué. 

Comentarios

  1. Agradecer enormemente todo ese trabajo de documentación de pistas que mencionas, ya que gracias a tus rutas me enganché a este deporte.
    Un saludo.
    Julio.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario