La transformación física y mental del running de obstáculos

La transformación física y mental del running de obstáculos
Correr siempre fue más que un deporte para mí. Una terapia, un desafío personal, una forma de reconectar con mi cuerpo. Pero nada me preparó para el impacto transformador que descubrí al adentrarme en el mundo de las carreras de obstáculos. Lo que comenzó como un reto puntual se convirtió en una filosofía de vida.
La ciencia detrás del esfuerzo
Según un estudio de la World Obstacle Sports Federation (2024), este tipo de carreras ha crecido un 320% en participación desde 2019. No es casualidad. "Las carreras de obstáculos activan simultáneamente sistemas cardiovasculares, neuromusculares y cognitivos de formas que el running tradicional no logra", explica la Dra. Elena Martínez, Directora de Investigación en Fisiología del Ejercicio de la Universidad de Barcelona.
Mis primeros intentos fueron, como relato en la foto de aquel 2016, una lucha contra mis propios límites. Hoy, casi una década después, comprendo que el verdadero obstáculo nunca fueron las paredes de madera o los fosos de agua, sino la resistencia mental.
Los tres pilares del cambio
- Preparación holística: Ya no se trata solo de correr. Incorporé entrenamiento funcional, yoga para flexibilidad y hasta ejercicios de respiración. Según datos del Journal of Sports Science (2023), los atletas que combinan estas disciplinas mejoran su rendimiento en obstáculos en un 47%.
- Alimentación como combustible: "El 80% del éxito en carreras extremas viene de lo que ocurre en la cocina, no en el gimnasio", afirma Carlos Ríos, nutricionista y creador del movimiento Realfooding. Mi dieta evolucionó hacia proteínas limpias y carbohidratos complejos.
- Mentalidad de crecimiento: Aquel "voy a volver a hacerlo en menos de 2 horas" que prometí se convirtió en una metáfora. Ahora aplico la misma perseverancia en mi vida profesional y relaciones.
El círculo virtuoso de la superación
Lo más sorprendente es cómo este deporte crea comunidades. El 65% de participantes en carreras de obstáculos repiten al año siguiente según Obstacle Race World (2024). No es solo el reto físico; es la camaradería de ver a otros luchando contra sus límites.
Hoy, a mis 50 años, corro distancias mayores que aquella Radical de 10 km. Pero lo importante no son los kilómetros ni los obstáculos superados, sino cómo esta práctica me enseñó a:
- Dividir metas imposibles en pequeños desafíos alcanzables
- Celebrar cada progreso por mínimo que sea
- Encontrar fuerza cuando el cuerpo pide rendirse
"Las carreras de obstáculos son el gimnasio perfecto para la resiliencia emocional", señala el psicólogo deportivo David Llopis, coordinador del área de Alto Rendimiento del Comité Olímpico Español. Y no puedo estar más de acuerdo.
Si aquel día de 2016 supuso el inicio, hoy es un estilo de vida. Ya no corro para demostrarme nada, sino porque cada zancada, cada obstáculo superado, me recuerda que los límites casi siempre están en nuestra mente. Y eso, amigos, es una lección que trasciende cualquier meta deportiva.
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